Gumiel de Izán

El rico pasado de Gumiel de Izán se remonta a la época romana. Sobre el origen del topónimo hay varios estudios que sin hasta el momento se pueda precisar si el origen es romano, godo, árabe o incluso euskérico.

La vía romana Clunia-Astúrica pasaba por el término y de ese paso nos quedan aún dos puentes romanos de la época: el de San Pedro y el de San Antonio sobre el río Gromejón.

El primer documento histórico donde se cita Gumiel de Izán data del 1042. La influencia árabe en toda la zona y en Gumiel de Izán fue muy importante hasta mediados del siglo XV. De esta época han quedado algunos testimonios topográficos, interiores del Castillo, bodegas y galerías, pero sobre todo han quedado restos en la toponimia de numerosos parajes. Lo más probable es que Izán provenga del nombre del primer señor de la villa, el moro Izán, hacia 1066. Por lo cual se llamaba a la localidad "Gumiel de Izán del señor Izán".

Fue declarada Villa Real en 1326 por el rey Alfonso XI el Justiciero y confirmados sus privilegios por su hijo el rey Pedro I el Cruel, en 1335. El privilegio original se conserva aún y su contenido figura transcrito en el «Libro Becerro» en el Archivo Histórico Municipal, al igual que otros escritos de gran interés, es de un valor incalculable. Gumiel de Izán estaba totalmente amurallada con cinco puertas de acceso y poseía un torreón o fortaleza con galerías subterráneas. Sin poder precisar el origen de su construcción, se sabe que en 1464 ya estaba construida esta fortaleza.

"Gumiel, Gumiel por don Pedro

en sus luchas fraticidas

si Justiciero, Cruel

se le tendrá siempre envidia.

De camino de Bahabón el

rey Pedro se detiene

amparándose en Gumiel

¡que buenos vasallos tiene!

Protegido entre murallas

descansad tranquilamente;

el bastardo de don Enrique

ha de verlas con la suerte"

(Pedro Ontoria Oquillas 1972)

 

La villa perteneció a varios señoríos: Avellaneda, Marqués de Santillana, condes de Ureña y ducado de Osuna. Se sabe que durante el siglo XVII los duques e Osuna albergaron a los reyes en tránsito en una vivienda que todavía se conserva en la calle Real.

En su término, y bajo su jurisdicción, hubo varias aldeas y dos monasterios: el de San Lorenzo y el de San Pedro de Gumiel, este último importante núcleo fundador de la orden cisterciense, en el que se celebró la primera parte del concilio Gumiel-Aranda, celebrado en diciembre de 1473.